María Guadalupe Núñez, vicerrectora
administrativa, advierte de que la institución se descapitaliza académicamente.
El número de renuncias asciende a 17 en cuatro meses del año. El presupuesto
para la cancelación salarial está calculado hasta septiembre.
La Universidad del Zulia (LUZ), junto a
otras casas de estudio del país, permanece sumida en un conflicto laboral. Sus
obreros, empleados y docentes protagonizan una lucha para demandar un incremento
salarial compaginado con la dedicación a la cual se someten para mantener el
cargo. La crisis, más allá de la suspensión de clases, representa hoy un grave
problema institucional: la fuga intelectual.
En las sesiones de los Concejos Universitarios de LUZ pasean las numerosas
renuncias de profesores que abandonan sus puestos por la misma razón: el bajo
sueldo no corresponde con la preparación académica solicitada para ganar un
concurso y dictar la cátedra.
María Guadalupe Núñez, vicerrectora administrativa, advirtió de una
descapitalización académica en la institución. Los docentes, aclaró, cesan sus
funciones tras recibir ofertas en empresas venezolanas o transnacionales con
mayores beneficios salariales y sociales.
Treinta años atrás, LUZ registraba en nómina anual la renuncia de máximo
cuatro docentes; hoy, el número ascendió en un 675 por ciento. El año pasado,
citó Núñez como ejemplo, 25 profesores de la Facultad de Ingeniería abandonaron
sus cargos, sin incluir las otras dependencias. La mayoría es personal
joven.
La universidad, con una población de 65 mil estudiantes en Maracaibo y los
dos núcleos de la Costa Oriental del Lago y Punto Fijo, acumula un déficit de al
menos mil 500 profesores. Solo dos mil 700 están activos.
“Los docentes de antes alcanzábamos el título de maestría; hoy en día, el
personal se esfuerza por obtener su grado de doctorado y postdoctorado. Pero no
hay equidad con la calidad del profesor y el sueldo que recibe. Igual ocurre con
los empleados y obreros”.
Judith Aular, vicerrectora académica, informó que Ingeniería, Medicina,
Humanidades, Ciencias Económicas y Sociales son las facultades con mayor crisis
frente a una matrícula estudiantil creciente en la última década.
Aunque la cláusula 26 del convenio de Apuz-LUZ establece que las clases
teóricas deberían impartirse a un grupo no mayor de 40 alumnos y 30 si se tratan
de práctica, la escasez de docentes obliga a ubicar entre 70 y 100 estudiantes
por sección para atender la demanda.
Sin concursante
Desde 2008 no se reponen cargos de personal, por ende, disminuye la capacidad
de recibir más estudiantes. Edwin Pérez, jefe del Departamento de Nómina de LUZ,
recalcó que los concursos son abiertos, pero quedan desiertos o asisten
profesores sin los créditos suficientes para dictar materias de semestres
altos.
Cuando los educadores cumplen con los requisitos se desaniman al conocer el
salario. La categoría más baja del personal docente (instructor a tiempo
completo) años atrás sumaba cinco veces el salario mínimo. Con el último
incremento salarial, decretado el 1 de mayo, quedó a 200 bolívares por encima,
al ganar mensual dos mil 650.
El profesor con mayor salario es el titular de dedicación exclusiva, quien
requiere acumular 15 años de servicio, cuatro trabajos de ascenso, doctorado y
un idioma para alcanzar siete mil 232 bolívares al mes. Ni tres mínimos.
“En años anteriores ser profesor de LUZ era atractivo, pero hoy en día es lo
contrario por el bajo salario, aunado a la falta de presupuesto que obliga a los
investigadores a cubrir sus propios gastos”.
La situación se extiende a otros miembros de la comunidad universitaria. De
los 21 niveles de la tabla salarial de los empleados, trece no alcanzan el
mínimo. Los siete niveles de los obreros permanecen iguales, mientras que el
rector, la máxima autoridad institucional, obtiene siete mil 732 de sueldo más
una prima de mil 800 bolívares congelada desde 2008.
Presupuesto
corto
Por primera vez en la historia de la universidad, los recursos para los
salarios se calcularon en el presupuesto del presente año hasta septiembre.
Igualmente lo dispuesto para el bono alimentario y demás gastos, como
providencias estudiantiles, funcionamiento de las facultades y pago de
vigilancia. De octubre a diciembre es incierto.
La autoridad administrativa explicó que el presupuesto de nueve meses
correspondiente a 2013 se elaboró a finales del año anterior sin incluir la
devaluación posterior de la moneda de febrero. Su consumo, entonces, se redujo
de cuatro a seis meses.
Para paliar la deuda, la institución entregó al Ministerio de Educación
Universitaria (MEU) la solicitud de insuficiencia presupuestaria de 890 millones
de bolívares. Para mayo estaba pautada la presentación al ministro. Con el
cambio de directiva -presume- pudo generarse el retraso.
Resta que el nuevo ministro Pedro Calzadilla, del MEU, apruebe el presupuesto
necesario y lo presente al Presidente de la República y a la Asamblea Nacional.
Se espera que sea aprobado a más tardar en junio con la finalidad de recibir los
recursos en julio y no a final de año. De lo contrario, la crisis universitaria
se agravaría.
Alza de
renuncias
- El Departamento de Nóminas de LUZ registra con lamento la descapitalización académica de la institución acentuada en el último año.
- Hasta 2008 se presentaban alrededor de cuatro a cinco renuncias como máximo al año.
- En 2012 la cifra ascendió a 27.
- De enero a mayo de 2013 suman 17, con tendencia a continuar en aumento.
Crisis salarial
El Ejecutivo derogó sin legalidad las normas de homologación aprobadas en
1981. Los últimos dos incrementos salariales de los universitarios se dieron vía
decreto presidencial: 30 por ciento en 2008 y otro 40 en 2011, que no se hizo
efectivo hasta el 1 de mayo de 2012, y no el 1 de enero, como se tenía
acostumbrado.
El retardo perjudicó al personal que habría solicitado su jubilación en los
meses de enero y abril, mientras que los beneficios contractuales, como las
primas directivas, se dejaron a consideración.
María Guadalupe Núñez, vicerrectora administrativa, no desea que se repita.
Los docentes se encuentran “en una situación crítica y desesperante por tener
unos sueldos congelados desde 2011, con una inflación que en los últimos dos
años acumula el 40 por ciento”.
Reclamó que se desvirtuaron las escalas salariales y el presupuesto
administrativo de un sector que genera empleo a la población. Exhortó al
ministro de Educación Universitaria a luchar en conjunto con los gremios.
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