Entre los sueldos de los docentes universitarios y la realidad
no hay correspondencia. (Foto: Archivo)
En contrato rezan siete mil 232
bolívares, pero a la cuenta nómina de un profesor universitario en la
categoría de titular, a dedicación exclusiva, llegan dos mil 800. A la
cantidad inicial le restan préstamo de vivienda, carro, seguro médico,
caja de ahorro, fondo de jubilaciones y pensiones y ley política
habitacional, dependiendo del caso.
A Cristina Medina, docente de la Universidad del Zulia, se le va esta
cantidad en pagar 180 bolívares de electricidad, 500 del servicio de
Directv, mil en el colegio de sus dos hijos y dos mil 400 del pago de su
apartamento. El préstamo para vehículo ya no cuenta, porque lo saldó en
2006; tampoco la renta telefónica, porque compra una tarjeta de 60
bolívares. Sin su esposo sería imposible mantener el hogar. Él tiene el
mayor peso económico.
Con los 960 bolívares de cestatiques solo compra lo faltante en su
cocina. Es decir, pan, queso, jamón, vegetales, legumbres, frutas, jabón
y uno que otro producto de higiene y limpieza. Nunca compra carnes y
pollos. Eso lo aporta su marido. Deben ir dos veces al mercado por mes
para satisfacer las necesidades de su familia.
"Esta es la vida de un profesor titular a dedicación exclusiva con 18
años de servicio académico, imagínate un instructor a medio tiempo que
devenga mil 340 bolívares al mes. Nosotros no tenemos primas de
antigüedad, como los empleados, solo por hijo, 300 bolívares por cada
uno. Eso se va en las meriendas para el colegio y queda faltando".
Se bandean
Lo cierto en esta historia es que los profesores universitarios viven
fiao. Su salvación son las tarjetas de crédito y las bonificaciones.
Pero a la Universidad del Zulia esos beneficios llegan tarde.
Esperan con ansias los meses de agosto y diciembre para cobrar sus
bonos de vacaciones y de fin año, respectivamente. A Medina le
corresponden 34 mil en cada oportunidad, pero solo puede contar con 24
mil, porque le deducen 10 mil para saldar sus deudas de vivienda y otros
beneficios.
Sesenta mil bolívares les debe a las tarjetas de crédito. De los dos
mil 800 que le quedan al mes saca "una burusita" para ponerse al día. No
se permite dejar vencer los pagos porque sabe muy bien que de ellas
depende, de ellas vive.
El profesor José Villa es economista egresado del alma máter zuliana y
directivo de la Asociación de Profesores de LUZ (Apuz). Tiene numerosas
investigaciones en sueldos y salarios docentes. "Nosotros vamos contra
el ahorro. Sacrificamos consumo-futuro por consumo-presente. Así
vivimos, fallando de un lado para completar el otro".
Los estatutos de la contratación universitaria establecen que un
docente a dedicación exclusiva, en cualquiera de sus categorías,
instructor, asistente, agregado, asociado o titular, se debe únicamente a
la academia y no puede prestar servicios en otras instituciones o hacer
libre ejercicio. Pero la realidad nacional los obliga a asesorar
trabajos de grado, dar clases clandestinas y hasta vender comida y
"taxiar" los fines de semana.
"Cabe pena, pero a esto se les obliga. Hay colegas que cobran cero
bolívares por todas las deducciones. Medicamentos costosos que el
servicio médico de la universidad les cobra en dos partes. Nuestro
sueldo se reduce 50 % por deducciones".
La canasta alimentaria, según cifras de 2013 de la Federación
Venezolana de Profesores Universitarios (Fapuv), se ubica en Bs. 4.448.
La básica está en Bs. 9.950. Y con el 20 por ciento de aumento en pollo,
carne de res, leche y queso, estas cifras suben a Bs. 5.385 y Bs.
11.940, respectivamente. Ningún sueldo de profesor en LUZ podría
costearlas.
Limitaciones académicas
Lo importante del salario no es en qué se usa, sino en lo que no
pueden usarlo, opina Merlyn Lossada, profesor de la Facultad
Experimental de Arte de LUZ. Comprar libros y revistas académicas
especializadas, asistir a eventos científicos o congresos y viajar a
otros países para participar en encuentros profesionales es cuesta
arriba. Y eso que se supone que todos los conocimientos adquiridos se
trasmitirán de docente a estudiante.
"Más allá de satisfacer las necesidades más básicas, que
indudablemente son esenciales, el problema es nuestra capacidad
adquisitiva para formarnos y crecer como profesionales. Las actividades
académicas, de extensión e investigación están condicionadas a la
realidad económica actual".
Catalina Matos es profesora en categoría de agregado a dedicación
exclusiva. Su asignación mensual es de cuatro mil 834 bolívares. Tiene
16 años impartiendo cátedra en LUZ. Vive endeudada entre las cajas de
ahorro y las tarjetas de crédito. Tiene una carga de 16 horas semanales y
36 presenciales. Un "bachaquero" la supera en ingresos. Ellos se
embolsillan hasta cuatro mil en cuatro horas diarias de trabajo.
Comparaciones
- Profesor instructor, tiempo completo, con una carga de siete horas diarias: Bs. 2.677.
- Empleada doméstica, seis horas diarias: Bs. 4.000.
- "Bachaquero", cuatro horas diarias: Bs. 4.260.
- Defensor del Pueblo: Bs. 8.526.
- Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia: Bs. 23.679.
FUENTE: Asociación de Profesores de la Universidad del Zulia (Apuz).
Cita
"Para ser profesores universitarios se necesitan preparación,
formación, estudios de posgrado y vocación. Deberíamos ser los mejores
pagados. Hoy día pasamos de ser profesores a pobresores". Karelys Fernández, Presidenta de la Asociación de Profesores de la Universidad del Zulia (Apuz)
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, deje su comentario