domingo, 15 de julio de 2012

Emboscada brutal

Por Jorge Palencia / Rector de LUZ / jpalencia@luz.edu.ve

Profunda tristeza es el sentimiento que a uno le queda tras el oprobioso capítulo del viernes pasado en el Maczul.

Tristeza. Profunda tristeza es el sentimiento que a uno le queda tras el oprobioso capítulo del viernes pasado en el Maczul. Así concluyó una semana de intensas jornadas de trabajo y gestiones diversas para responder a la delicada situación financiera que atraviesa LUZ, y en particular para lograr el envío de recursos que permitan el pago de los bonos de alimentación y salud, beneficios de primer orden para nuestros trabajadores.
Una turba enardecida de obreros y estudiantes, armados varios de ellos con palos, tubos y picos de botella, irrumpió a gritos, exaltada, dominada por la más cruda violencia, en un evento académico internacional que con indecible esfuerzo nuestra universidad organizó durante meses. Una brutal emboscada.


La crisis financiera estaba anunciada. Desde el año pasado advertimos que el presupuesto 2012, impuesto por un Gobierno sordo, asombrosamente mezquino con la universidad autónoma, no alcanzaba ni para cubrir los gatos del personal. Lo que sí es revelador son las consecuencias de las acciones enloquecidas, sin límite, emprendidas por directivos gremiales con aspiraciones políticas que en medio de esta grave coyuntura se han permitido excesos de todo tipo. La comunidad universitaria ve con asombro cómo estos señores, entre denuncias infundadas, manipulación informativa, la especulación y el rumor, destrozan su condición de universitarios y, como protagonistas de un pugilato a muerte por demostrar quién puede más, inmolan a la institución.

Pero lo peor está por venir. La irracionalidad mana del discurso irrespetuoso de estos dirigentes, que hacen de la irreverencia mal entendida y de la mofa como recurso que todo lo ironiza una práctica irresponsable y despiadada. Eso es lo que se está sembrando en la mente distraída de trabajadores que ya son presas de esas formas. De allí a incurrir en la instigación al odio hay solo un paso. Claramente pudieron verlo quienes aterrorizados.

FUENTE: laverdad.com 


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